Los encuentros tienen lugar en un espacio circular. El círculo como consagración de la unión entre iguales, como espacio para la colaboración, como lugar sagrado para compartir desde lo más profundo del alma.
Creemos en el círculo y en las redes como unión de círculos. A lo largo de estos años hemos fomentado alianzas y espacios de encuentro guiados siempre por el espíritu de la unidad en la diversidad.
Alternamos la quietud con el movimiento, la enseñanza con la acción, la palabra escrita con el verbo vivido. Selene nos acercará sus danzas circulares. Las realizamos en diferentes momentos a lo largo de los talleres. Ambos nos facilitan la experiencia de la fraternidad que estudia y crece, pero también que goza y danza.
Ella aporta comunión en movimiento, el círculo que se abraza y no se suelta, la danza que nos disuelve en el Uno, que nos devuelve la condición de hermanos. Él proporciona Norte, dirección. Comparte origen y Destino. Nos presenta en un lenguaje sencillo y universal los retazos de Verdad útiles en el Camino. Nos desbroza de forma sencilla y asequible los pilares de una Sabiduría que nunca muere. Juntos los dos nos proporcionan el gozo de crecer, orar y cantar en el seno protegido y sagrado del círculo.
Es pues un todo. Vamos hacia fuera, hacia el encuentro con el otro de la mano de Selene. Vamos hacia dentro, hacia las herramientas de de perfeccionamiento interno de la mano de Koldo. La enseñanza desemboca en la danza. Las ganas de crecer van hacia las ganas de compartir.